La segunda oportunidad

Firma Invitada
Dpto. Comunicación SECOT

Thomas Cox, 68 años, estaba especializado en desahucios. Como abogado, trabajaba para algunos de los principales bancos hipotecarios de Estados Unidos hasta que su espíritu se resintió y de repente tiró por la borda todo lo que había conseguido en la vida. Algún tiempo después comenzó a colaborar, como voluntario, para ayudar a personas que estaban a punto de ser desahuciadas y llegó a destapar una trama fraudulenta por parte de una de las mayores firmas del país, lo que ha hecho posible poner freno a determinadas prácticas abusivas agudizadas por la crisis. Cox ha sido uno de los ganadores del Purpose Prize de 2012, un premio que organiza Encore.org y que premia aquellas iniciativas de gente que ya ha pasado los 60, que buscan mejorar la sociedad sin renunciar a ganarse la vida con ello. 

A fomentar esa "segunda oportunidad" es a lo que se dedica Encore.org. Su fundador, Marc Freedman, lleva años dedicado a ayudar a las personas a encontrar un nuevo sentido a sus vidas, a asesorar, impulsar, incentivar y apoyar las ideas de aquellos que están convencidas de que su aportación puede continuar después de la jubilación. Él los llama "los años bis".

Junto a Cox, este año han recibido los 100.000 dólares que otorga el Purpose Prize un ingeniero indio que ha contribuido a garantizar el agua potable en su pueblo natal; una mujer que facilita a expresidiarias la reincorporación a una existencia normal; otra que ayuda a ancianos y adolescentes de bajos ingresos a encontrar nuevas posibilidades de desarrollo; y otra que trabaja para mejorar las perspectivas de niños en acogida con programas de innovación social.

En España hay más de un millón entre los 50 y los 64 años sin empleo, un tercio de ellos con estudios. Replicar el modelo de Encore.org no sería fácil, dadas las trabas administrativas y burocráticas que existen en nuestro país para los emprendedores -pese a la voluntad de cambio que existe en estos momentos- y la legislación laboral -también, pese a la reforma- no permite la enorme flexibilidad que existe en otros países. Pero la crisis sí ha hecho aumentar las cifras de voluntarios mayores y desempleados y ha puesto de relieve la tarea de organizaciones como SECOT. Porque hay mucha gente que tiene mucho que ofrecer y durante mucho más tiempo.